Vida y Misión en Guinea Ecuatorial: Una Comunidad que Acompaña el Futuro
Cada rincón de Mikomeseng es testigo de una entrega silenciosa que transforma vidas con ternura, fe y esperanza.

La presencia de las Hijas de la Caridad en Guinea Ecuatorial sigue siendo un signo de esperanza y entrega generosa. En la Comunidad de Mikomeseng, se vivió recientemente un momento muy especial con la visita de la Consejera General, la Visitadora Provincial y la Asistenta Provincial. Este encuentro fortaleció los lazos de fraternidad, animó la vida comunitaria y renovó el espíritu misionero que impulsa cada obra de la Congregación.
Entre las personas que forman parte de la vida cotidiana en Mikomeseng, destaca Boni, un nuevo integrante que ha llegado con una sonrisa constante y una disposición admirable. Su colaboración diaria con las Hermanas y su cercanía natural reflejan el espíritu de servicio que se vive en la comunidad. Su presencia nos recuerda que cada persona puede ser instrumento de alegría y ayuda, más allá de su edad o condición.
El Centro San Vicente es un lugar clave para el crecimiento personal y espiritual de los jóvenes de la Juventud Mariana Vicenciana (JMV). Allí se reúnen regularmente para estudiar, compartir su fe y colaborar con las actividades dirigidas a los más pequeños. El ambiente acogedor del centro les inspira, les fortalece y les anima a vivir con profundidad su compromiso cristiano. Es un espacio que sienten como suyo, al que acuden con entusiasmo y donde cultivan el deseo de servir.
En este mismo centro, también se acoge con amor a niños y niñas con distintas capacidades. Todos participan de las actividades y encuentran un entorno donde se sienten valorados, seguros y felices. El acompañamiento cercano y lleno de ternura que reciben por parte de las Hermanas y los colaboradores permite que cada uno pueda desarrollarse plenamente, reconociendo la riqueza de la diversidad humana como un don para la comunidad.
La Residencia de Ancianos AESOMI, situada en Mikomeseng, es un espacio donde se cuida la vida de las personas mayores con dedicación, respeto y cariño. No es solo una institución, sino un hogar donde se crea una verdadera familia. Las Hermanas, junto al equipo que colabora con ellas, ofrecen atención integral, y sobre todo, una presencia cercana y humana que dignifica cada etapa de la vida.
El compromiso con la educación también se hace visible en el Colegio La Milagrosa de Mokom. Día a día, se acompaña el crecimiento de niñas y niños que encuentran en este espacio no solo una formación académica de calidad, sino también una formación humana basada en valores. La escuela es un semillero de esperanza, donde se prepara el futuro de Guinea Ecuatorial con dedicación y fe.


