Tómbola Misionera: solidaridad que cambia vidas
Con pequeños gestos, juntos conseguimos transformar vidas y construir un mundo más justo, humano y fraterno.

¡Gracias por vuestra generosa participación!
Durante la última semana de mayo, el Colegio La Inmaculada de Marín, en la provincia de Pontevedra, vivió unos días muy especiales llenos de ilusión, entrega y espíritu misionero. En ese marco celebramos con gran alegría nuestra esperada Tómbola Misionera Solidaria, una iniciativa que nos unió como comunidad educativa en torno a una causa que va mucho más allá de nuestras fronteras.
Gracias a la participación entusiasta de los alumnos, el apoyo incondicional de sus familias, la implicación activa de los profesores y la colaboración del personal del centro, se logró una recaudación total de 649 euros. Esta cantidad, fruto de la generosidad y del trabajo colectivo, se destinará íntegramente a un fin profundamente transformador: costear dos becas de estudios para el próximo curso escolar a dos niños de Mokon, una localidad de Guinea Ecuatorial.
Este gesto solidario ha sido posible a través de la colaboración con la organización COVIDE-AMVE, que canaliza la ayuda misionera y promueve el acceso a la educación como herramienta fundamental para el desarrollo integral de las personas. Gracias a vuestra ayuda, estos niños podrán continuar sus estudios en un entorno más justo, con oportunidades reales de futuro.
La foto que acompaña esta publicación resume a la perfección la vivencia de esos días: alegría compartida, compromiso visible y una comunidad unida en torno a la solidaridad. Son imágenes que hablan por sí solas del espíritu que se vivió en el colegio: cercanía, fraternidad y una firme voluntad de ayudar a quienes más lo necesitan.
Iniciativas como esta nos recuerdan que, con pequeños gestos, se pueden lograr grandes cambios. Que la educación es un derecho y una herramienta poderosa para transformar realidades. Y que juntos, como comunidad educativa, podemos seguir construyendo un mundo más justo, más humano y más fraterno.
Una vez más, gracias de corazón a todos los que colaborasteis con vuestro tiempo, vuestras donaciones y vuestra presencia.
¡Gracias por formar parte de este compromiso misionero que realmente cambia vidas!