Carla, misionera en el silencio
Mi cuerpo no me acompaña, pero mi corazón y mi alma son de Dios y soy amor de Dios y debo dar amor.

Carla es una adolescente de 14 años que vive en Santander y quiere ser misionera desde pequeña. Nada especial hasta ahora, sino fuera porque Carla tiene una enfermedad que no le permite caminar ni hablar. Sus padres trabajan para hacer realidad el sueño de su hija. Aquí os dejamos el testimonio de fortaleza y confianza de una familia misionera en Santander, Cantabria.
Gracias por vuestro testimonio.
Os encontraréis dos cartas. La primera donde manifiesta que quiere ser una misionera en activo apoyando una beca de estudios. Y la segunda donde da las gracias por poder hacer realidad su sueño.
Carta inicial de Carla
«Buenos días, soy Carla.
Me gustaría que a la delegada de apadrinamiento de Madrid le explicara esto: Aunque físicamente mi situación es muy complicada, porque todavía Diosito no me ha dado la posibilidad de caminar ni de hablar, ni siquiera de sentarme sola, soy muy consciente de lo afortunada que soy porque mis papas me aman como a nada en este mundo y me cuidan y me protegen y tengo comida cada día y mi ropa, y todo lo que Dios Sí me ha dado debo agradecerlo.
Mi cuerpo no me acompaña, pero mi corazón y mi alma son de Dios y soy amor de Dios y debo dar amor.
Querría compartir parte de mi afortunada vida con una niñita que me gustaría que fuera una niñita para que tenga la oportunidad de valerse por ella misma y ser bendición de Dios para otros muchos y así hacer cadena de amor en tierra.
Un granito de nada soy, pero como me siento tan poderosa con el amor de Dios creo que puedo conseguir muchísimo si empiezo pronto. Así que quiero apadrinarla y estar acompañándola en todo lo que yo pueda para que sea valiente y sea un ejemplo del amor de Dios y además sea una persona que salga adelante con una mínima ayuda de mis manos.
Querría saber de su vida y saber que está feliz y que ama a Jesús. Y si no le ama yo misma le diré “pues es lo más bonito amar a Jesús”. Eso es todo.
No me importa que sea de Guinea o de Chad porque mi Jesús sabe que lo hago con amor y El sabrá a quien me pone en el camino.
Estoy a disposición para datos o lo que haga falta.
Quisiera que sea un bebe para darle amor desde bebé. Si no es posible, lo que Jesús quiera.
Solo pido que recen por mí. Soy Carla y estoy en manos de Dios. Que El escuche oraciones.»
Carta agradecimiento de Carla
«Buenos días:
Con alegría me llegó la noticia de que me concedieron la felicidad de poder ser madrina de Denisse. No la conoceré probablemente nunca en persona, pero sé que como Dios nos enseñó le daré amor. El amor lo doy transformado pero lo que doy es amor y con este mínimo granito podré hacer algo espero que muy grande en ella.
Soy feliz de que me den la oportunidad de seguir la enseñanza de Jesús y ser parte de un proyecto tan interesante y maravilloso.
Gracias a las Hijitas de la Caridad porque con esta oportunidad me hacen sentirme feliz al tope y me permiten ser mejor persona.
Soy feliz y afortunada de que me hayan dado una amiga mía, Denisse.
Un abrazo de alma.
Carla»
